Y al día siguiente…

Si alguna evidencia se tenía de la disfuncionalidad del sistema judicial mexicano, sin duda, fue la complicidad de jueces, magistrados y ministros con los casos más simbólicos de la represión popular desde 1951 hasta la ceguera de la Suprema Corte en la represión del movimiento estudiantil del 68.

Pero una cosa era un Poder Judicial al servicio de un régimen político, y otra el cambio que el 1 de junio se logró para que el Poder Judicial quedará al servicio… del mismo régimen político, aunque ahora bajo el disfraz de Morena como PRI revolcado.

Esto quiere decir que el Poder Judicial requería desde hacía muchísimo tiempo de una gran reforma estructural, pero que todos los grupos políticos estaban mirando más bien sus intereses particulares por encima de las necesidades de justicia que han existido históricamente en la sociedad.

La intención original del ahora expresidente López Obrador, de llevar la democracia a la impartición de justicia, se pervirtió con una elección dirigida por Morena con un modelo de los acordeones al estilo estudiantil con listas configuradas en papeletas, distribuidas entre los votantes.

A pesar de las obsesiones, el modelo judicial lopezobradorista no cambió ni una coma, y lo más grave fue ignorar las opiniones de los opositores que aceptaban la necesidad de la reforma, pero mediante un replanteamiento más de fondo y con mayor discusión.

Así que tendremos un Poder Judicial lopezobradorista, pero con la circunstancia de que AMLO se ha marginado totalmente de la vida política, y no habrá a quién reclamarle los malos funcionamientos previsibles del sistema judicial a partir de la elección del domingo 1 de junio.

Ello, porque López Obrador impuso su voluntad, Morena la llevó a la práctica y ahora la ciudadanía tendrá que padecer por jueces, magistrados y ministros que responden a otro tipo de intereses y no a la imparcialidad en la justicia. Además, con la grave circunstancia de que se probó que la política y el crimen organizado metieron la mano para imponer a juzgadores.

En materia del Poder Judicial, salimos de Guatemala para entrar a Guatepeor.