Tsunami Trump

Del 20 de enero, cuando Donald Trump tomó posesión de su segundo periodo presidencial, México vivió hasta el miércoles 2 de abril en un carrito descontrolado de montaña rusa en modo extremo.

Trump puso a girar el mundo a mil por hora con su nueva revolución económica arancelaria. Su justificación fue muy clara: Estados Unidos había perdido la hegemonía productiva del planeta y la globalización le había quitado sectores productivos.

La idea del presidente de Estados Unidos es volver a la centralización nacional productiva y económica, pasando de la globalización que comenzó en 1989 con el discurso del consenso de Washington y el desmoronamiento de la Unión Soviética al regreso en su presidencia al nacionalismo económico-productivo.

Aunque la barrera arancelaria del 2 de abril no le pegó de manera global a México, sí hubo antes aranceles especiales determinados como mecanismo de presión a México para terminar con la producción y contrabando de fentanilo hacia Estados Unidos.

Pero, en lo general, la globalización económica llegó a su fin. El presidente Trump comenzó ya a castigar a empresas estadounidenses que se salieron de su territorio para irse a México y Canadá a producir más barato y las está obligando a reconcentrarse otra vez en el espacio productivo americano. Sólo con estas decisiones, el T-MEC llegó a su fin y comenzará para México una pérdida de beneficios del comercio exterior sin garantía.

La decisión de Trump está obligando a México a cambiar toda su política de desarrollo: de la comodidad del mercado estadounidense está pasando de manera muy rápida a la necesidad de tener una planta productiva local eficiente y competitiva que nunca se preocupó por construir en los años del tratado. En términos muy generales, una planta productiva nacional puede tardar alrededor de 30 años en instalarse para ser eficiente.

El tránsito de la globalización al nacionalismo económico le pegará a México muy fuerte en materia de crecimiento y bienestar, lo castigará con una recesión larga y dañina por la falta de previsión en el desarrollo.