Cerca de Guadalajara existe un pueblo adornado con un lago, cuya historia es más grande de lo que usted pueda imaginar. Allí se unen tradición, cultura y folclore, algunos de los secretos de este lugar para deleite de todo el mundo.
¿Sabe dónde es? Es el increíble y mágico Cajititlán, conocido como “Tierra de reyes”. Está en el municipio de Tlajomulco de Zúñiga, Jalisco, donde se ubica el famoso templo de los Reyes Magos, dentro del cual se encuentran las efigies de estos personajes talladas en madera, elaboradas en el siglo XVI.
Esta particularidad, poco común en las estructuras religiosas, ha dado origen a una experiencia que se celebra cada año entre los últimos días de diciembre y hasta el 8 o 10 de enero con diferentes actividades.
Esta celebración, como tantas otras en nuestro país, tiene como origen una tradición precolombina en la que, año con año, los habitantes de la zona invitaban a pueblos vecinos a agradecer a sus deidades por los frutos recibidos. Así, con el paso de los siglos y el sincretismo colonial, surgió esta fiesta tan peculiar.
La peregrinación, con algo de solemnidad y también de alegría, incluye pasear por las calles a las tres figuras, un recorrido que culmina el 7 de enero en el malecón de la laguna de Cajititlán, donde a bordo de una canoa surca el cuerpo acuático. Por otro lado, la gente celebra con posadas, bailes y gran cantidad de actividades artísticas.
Si esto no lo convence sobre Cajititlán, pruebe un famoso tejuino o unas ancas de rana para que la gastronomía rural tapatía lo haga enamorarse de este rincón.
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