Edilberto Peña

Edilberto Peña

#Psicosalud

Twitter: @Edilberto_pena |

Cuando el ánimo también tiene estaciones

Cada año, con la llegada del otoño e invierno, muchas personas en el mundo experimentan una caída notable en su energía, estado de ánimo y motivación. No se trata sólo de “nostalgia navideña”, hablamos del trastorno afectivo estacional (TAE), una forma de depresión cíclica durante los meses fríos, cuando la exposición a la luz solar disminuye.

En países como Noruega, Suecia o Canadá, donde los días se acortan drásticamente, se calcula que hasta el 10 % de la población puede padecerlo. En latitudes más templadas, las cifras bajan a 1 % y 3 %. En México, aunque el cambio de luz no es tan extremo, sí observamos fluctuaciones emocionales leves a moderadas en los meses con menos horas de sol, especialmente entre noviembre y febrero. Muchas personas refieren sentirse más cansadas, con menos motivación, aumento en el apetito, particularmente por carbohidratos y alteraciones en el sueño.

La causa más aceptada está relacionada con el desequilibrio de los neurotransmisores (como serotonina y melatonina) ante la menor exposición a la luz natural. Por eso, el tratamiento base es la luminoterapia, que utiliza luz artificial especial para compensar esa carencia solar. Este método ha mostrado ser altamente efectivo para restaurar el ritmo biológico y mejorar el ánimo. En otros grupos se llega a emplear la deprivación de sueño despertando a las personas a las 4 a. m.

Sin embargo, si los síntomas de tristeza, falta de energía o desinterés persisten más allá de unas semanas, es importante acudir al especialista en salud mental. El diagnóstico temprano permite combinar luminoterapia con psicoterapia o medicamentos antidepresivos en casos más severos.

Así que cuando notes que el invierno te “pesa más de lo normal”, recuerda: no es flojera ni simple melancolía. Tu cerebro también responde a las estaciones, y tratarlo a tiempo puede hacer la diferencia.

 

*Psiquiatra. Director Cisne México.