Es un sitio con más de 500 años y varias historias: el Palacio de la Autonomía que se levanta sobre ruinas prehispánicas y en terrenos donde estuvo el convento de Santa Teresa la Antigua, donde profesó sor Juana Inés de la Cruz con la orden de las Carmelitas Descalzas. Y, antes de ser demolido, por las Leyes de Reforma, el claustro fue vecindad, bodega y cuartel.
Allí se construyó la Escuela Nacional de Maestros (1890). Más tarde (1933-1978) fue sede de las de Comercio y Administración, Odontología, Enfermería y Obstetricia y de las preparatorias 2 y 7.
Pero la obra, sobrepasada a sólo tres años de su inauguración, el 24 de febrero de 1887, en un acto al que asistió Porfirio Díaz, requirió una ampliación con arquitectura más acorde a los ideales educativos de la época.
El encargado de esta transformación fue Manuel Francisco Álvarez, quien replanteó la distribución de las áreas y dotó al edificio de sus fachadas de estilo ecléctico.
Otra remodelación se dio en 1910, bajo la dirección del ingeniero Porfirio Díaz Ortega, hijo del general.
Los trabajos fueron para albergar a la Escuela de Altos Estudios, origen de dos de las facultades más representativas de la UNAM: Ciencias y Filosofía y Letras. También fue sede de la Rectoría.
Después estuvo allí la primera Radio Universitaria y tras ello quedó abandonada. Sin embargo, el inmueble volvió a ser restaurado y recuperó su magnificencia para dar espacio al Palacio de la Autonomía UNAM.
Hoy es museo y centro cultural. Fue el sitio donde la UNAM logró su autonomía en 1929. Está en la calle Lic. Primo Verdad #2, Centro Histórico, a un lado del Templo Mayor.