Gabriela Jiménez

Gabriela Jiménez

Sexo, sin lágrimas y sin pudor

Cizaña

La palabra suena fuerte, pero nos referimos a las conductas de algunas personas, cuyo estilo de vida es mentir y manejar de tal manera la información para que alguien tenga conflictos constantes.

Esta situación puede ser recurrente en el trabajo, tal vez les ha tocado convivir con un sujeto que se la pasa hablando mal de otro, una víctima que atrajo el foco de atención y el odio del cizañoso.

¿Cómo elige a su víctima? Generalmente, es la persona callada, pero eficiente, la que tiene rasgos de inteligencia sobresaliente, responsable y con valores. El que envidia y tiene por hábito siempre hablar mal de alguien, se va a fijar en esa persona, para hacer una campaña de desprestigio, tratar de que tenga problemas a toda costa con los jefes y con los compañeros.

Lamentablemente, este tipo de personajes, que abundan, logran su objetivo, ya que los otros confían y escuchan, y difícilmente se toman la molestia de conocer a la víctima para cerciorarse de si es real o no lo que se dice de ella. ¿Cómo detener esta escalada de violencia dentro del entorno laboral? Con algunas preguntas sencillas:

1. Esa persona que me está desprestigiando, ¿lo ha hecho con otras? Si la respuesta es “sí”, entonces, tiende a hablar mal de los demás.

2. El afectado, ¿lo conoce, lo ha tratado directamente?, ¿se puede asegurar que lo contado es real? La mayoría de las veces nos dejamos llevar sin cerciorarnos de lo que nos platican.

La violencia puede ser tan velada, que se cae en el engaño de una mala persona, sobre todo si esta tiende a ser muy sociable, simpática y siempre dispuesta a ayudar, pero en esa conducta se esconden otras necesidades: manipular, desprestigiar y, lamentablemente, lograr que los buenos elementos terminen por abandonar el trabajo, afectando a la organización.