Fernando Gutiérrez

Fernando Gutiérrez

De barrio en barrio

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El Munal

En Tacuba #8, antes Paseo de los Hombres Ilustres, está la plaza Manuel Tolsá, la más linda del país y, quizá, de América Latina. Antigua sede de dos hospitales, de una guardería y de la Secretaría de Telecomunicaciones y Obras Públicas, hoy es el Museo Nacional de Arte, adornado por el Caballito, la escultura ecuestre más bella del mundo, y frente a otra joya deslumbrante, el Palacio de Minería.

Su construcción comenzó en 1904, luego de que Porfirio Díaz contrató al arquitecto italiano Silvio Contri, autor de otros excelsos inmuebles: el del antiguo Excélsior, la tienda que ocupó High Life (Madero y Gante) y el edificio París (5 de Mayo y Motolinía), todos de estilo ecléctico.

El Munal destaca en su historia por haber ocupado el terreno del antiguo noviciado de los jesuitas, expulsados en 1767, y luego del hospital San Andrés, donde fue embalsamado el cuerpo del emperador Maximiliano antes de ser enviado a Viena. También fue el Archivo General de la Nación, mudado después al Palacio de Lecumberri.

Esta magnífica obra de arquitectura abrió como museo en 1982. Exhibe y resguarda siete mil obras de arte, incluidas dos estatuas de mármol rescatadas de su deterioro en la Alameda.

Destacan las pinturas de José María Velasco, Orozco, Rivera, Dr. Atl y muchos maestros más. Fue construido con la idea de atraer inversiones extranjeras, se importó tecnología y materiales de Nueva York, Italia y Francia, pero, eso sí, la cantera de la fachada se trajo de San Martín Xaltocan, Tlaxcala.

Su interior también nos muestra el Gabinete de la Estampa, con las primeras litografías hechas en el país, gracias a otro destacado italiano, Claudio Linati, expulsado poco después por sus fuertes críticas al gobierno porfirista.

El Munal fue ordenado por Porfirio, pero, ironía de la vida, fue inaugurado por Francisco I. Madero, como sede de Telecomunicaciones y Obras Públicas, que operó allí durante 50 años hasta 1954, cuando se mudó a la colonia Narvarte.

Recorrerlo, de abajo arriba, es una delicia. La escalinata es hermosa. Hay belleza y arte por todos lados. No por nada ha sido escenario de varias películas, entre ellas, Su excelencia (1967), 007: Spectre (2015), El baile de los 41 (2020), y Arráncame la vida (2008). 

Vaya, el arte es oxígeno para el alma.