Gabriela Jiménez

Gabriela Jiménez

Sexo, sin lágrimas y sin pudor

Lazos familiares

La familia es un referente de estabilidad social, el espacio donde se transmiten los valores, las creencias, la religión y la forma en cómo nos vamos a relacionar con el entorno.

No hay familias perfectas. El sentido de la perfección va a depender de la mirada individual y de los deseos que esperan sean satisfechos por los miembros de esta. Lo que sí es una realidad, es la normalización de ciertas conductas y hábitos internos, que se hacen presentes sin ser cuestionados por los miembros de una familia hasta que llega un pariente lejano, o que haya convivido poco con ese entorno, y comience a adaptarse a estas rutinas, normalizadas para los integrantes, pero desorientadoras para quien no está habituado a ellas.

¿Cuáles son los hábitos más comunes? Los horarios de comida, expresiones emocionales, acuerdos, comentarios constantes hacia otros miembros de la familia, críticas y respeto a quien o quienes llevan la jerarquía familiar.

¿Quién está en lo correcto? ¿Qué es lo correcto? Son sólo tipos de vida y de aprendizaje distintos, que no ameritan una etiqueta de “bueno” o “malo”. Si ello no se logra entender como tal y, por lo tanto, respetarse y aceptarse, la familia no podrá integrar nuevos miembros, ni darse la oportunidad de conocer otras formas de creencias o valores diferentes a los propios.

Todas las familias son diferentes, aceptar la variación, respetar los modelos aprendidos, permitirá que este pilar de la sociedad siga creciendo y adaptándose a los cambios cuando llegan nuevos miembros, consanguíneos o no.

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