Gabriela Jiménez

Gabriela Jiménez

Sexo, sin lágrimas y sin pudor

¿Existen juegos sexuales en los niños?

 

Los juegos se realizan para divertirse, recrearse y aprender. A lo largo de la vida, los experimentamos, incluidos los sexuales. En la infancia se presentan dudas de cómo son los cuerpos de las niñas y los niños. Ello se genera por las escenas eróticas que, a veces, ven en televisión, celulares o revistas.

Los juegos sexuales infantiles se dan para aclarar su curiosidad, sobre todo en los de menos de 5 años, quienes buscan imitar, mientras que los más grandes quieren saber qué se siente y conocer las diferencias mediante caricias (incluida la zona genital), descubrir las sensaciones propias y la de los otros.

Aproximadamente, se llevan a cabo, entre los 3 y 10 años, y se caracterizan porque los niños tienen más o menos la misma edad y, generalmente, un vínculo afectivo (hermanos, primas, vecinas, amigos). Estos juegos los hacen por voluntad, a diferencia del abuso sexual en el cual son obligados, engañados o amenazados, y hay una considerable diferencia de edad entre el menor y el abusador.

 Estas actividades se manifiestan cuando los pequeños juegan a la casita, a ser el papá o la mamá, el doctor, o simplemente se besan y acarician. Eso les permite conocer su cuerpo, para construir la figura biológica de la mujer y del hombre, ya que pueden compararse, identificar similitudes y diferencias.

Como adultos, impacta ver a niños acariciándose o besándose, y de manera inmediata se intenta buscar un culpable o una víctima. Si los padres no tienen la suficiente información o hay dudas de cómo reaccionar ante este tipo de juegos, es importante que consulten a un psicólogo, pues si se castiga o regaña se va a generar culpa, con consecuencias negativas en la vida adulta.

Los niños pequeños actúan de acuerdo con su edad y sin un sentido erótico, porque aún no tienen ese concepto como tal. Si los adultos reprenden o se refieren a la sexualidad como algo “sucio” o “prohibido”, existe la posibilidad de que los chicos, cuando sean adultos, presenten algún tipo de rechazo hacia ella. 

Es importante no sermonearlos, sino aclarar dudas sobre este tipo de juegos, sin ridiculizarlos ni generarles culpa, porque para ellos es algo muy natural, no tienen malicia, se tocan o se besan, como en cualquier otro juego; pero es fundamental recalcarles que ello no se debe permitir con ningún adulto.

Para cualquier duda de esta información, o de la manera en la que se puede hablar al respecto, comunicarse al SIMISAE: 800 911 32 32.