Muchas personas han sentido en algún momento que no merecen sus logros o que serán descubiertos como un “fraude”. Este fenómeno, conocido como “síndrome del impostor”, no es un diagnóstico clínico, pero afecta la confianza y el bienestar emocional.
¿Cómo identificarlo?
El síndrome del impostor se presenta en quienes, a pesar de sus éxitos, creen que no son realmente competentes y atribuyen sus logros a la suerte o a factores externos. Sus principales manifestaciones incluyen:
• Dudas constantes sobre las propias habilidades
• Miedo irracional a ser “descubierto” como un fraude
• Perfeccionismo excesivo, que impide disfrutar los logros
• Dificultad para aceptar elogios o reconocimientos
• Autoexigencia desmedida y temor al fracaso
Este estado emocional puede provocar ansiedad, estrés crónico y, en algunos casos, depresión
¿Cómo superarlo?
Algunas estrategias:
1. Reconocer el problema: ser consciente de estos pensamientos y cuestionar su validez.
2. Reformular la percepción del éxito: atribuir los logros al esfuerzo y la capacidad personal.
3. Aceptar los errores como parte del aprendizaje.
4. Compartir experiencias con personas de confianza.
5. Aceptar elogios sin minimizarlos.
Terapias recomendadas
Si los síntomas generan malestar significativo, es aconsejable acudir a un profesional. Algunas terapias efectivas son:
• Terapia cognitivo-conductual (TCC): Modifica pensamientos negativos
• Terapia de aceptación y compromiso (ACT): ayuda a gestionar la autocrítica
• Terapia basada en mindfulness: reduce la ansiedad y mejora la autoestima
Buscar ayuda profesional
Si los sentimientos de insuficiencia interfieren con la vida diaria, buscar apoyo psicológico es una decisión valiosa. La confianza en uno mismo se construye con tiempo, paciencia y el acompañamiento adecuado.
Reconocer nuestro propio valor es el primer paso para dejar de sentirnos impostores en nuestra propia vida.