El llanto es la primera forma en que tu bebé comunicará sus necesidades. Existen diferentes tipos de este y, aunque al inicio sentirás angustia e incertidumbre por escucharlo, poco a poco aprenderás a leer lo que requiere.
Trata de tranquilizarte, recuerda que el bebé y tú están conectados. Si te siente calmada, se lo vas a transmitir, y eso le dará seguridad, así que respira y observa.
Es importante mencionar que en el primer mes del bebé el llanto es un reflejo, sin embargo, a partir de los 2 a 3 meses empezarás a notar las diferencias.
- Por hambre. Hará pausas y buscará el alimento, puede incluso chupar su manita.
- Por dolor. Se caracteriza por ser muy intenso y continuo, notarás que tensa una parte del cuerpo; si es cólico, generalmente, moverá sus piernas.
- Por cansancio. Es más suave, a veces, se tallan los ojos; este llanto les sirve también de autorregulación o arrullo.
- Por necesidad de contacto físico. Es rítmico y cesa cuando lo cargas y mimas.
Los bebés no son capaces de manipular a los adultos, no tienen las herramientas para hacerlo. Con el llanto piden lo que requieren. Si lo dejas llorar por mucho tiempo, generará falta de confianza en sí mismo al notar que sus necesidades no son atendidas cuando las comunica.
Dejarlo llorar por largos periodos también le crea estrés tóxico, y periodos cortos lo ayudan a ser tolerante a la frustración.