El punto más importante que va a definir la gestión de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo se localiza en el objetivo de crecimiento económico. La cifra que ofrece el documento “Criterios Generales de Política Económica”, plantea la meta fija de 2.5 % del PIB, promedio anual sexenal, cuando el viejo periodo populista lo tuvo en 6 %, el largo neoliberalismo lo colocó en 2 % y López Obrador se comprometió a 4 %.
El tema es básico porque el crecimiento económico implica la creación de riqueza que se debe repartir entre los 133 millones de mexicanos, pero partiendo de la realidad actual de que el largo ciclo económico 1983-2024 se quedó estancado en la mediocridad productiva de 2 %, y como se presenta el sexenio que comienza con un PIB de 1 % o menos, para 2025, podemos reconfirmar la expectativa del Banco de México: el PIB promedio anual de 2025-2034 será de un modesto 2 %.
Detrás de la baja cifra de crecimiento se localiza una economía que no alcanza a satisfacer las necesidades de bienestar de los mexicanos. Tres datos revelan que somos un país de desarrollo bajo y de bienestar limitado: 80 % de los mexicanos padece una existencia con una a tres restricciones sociales, 55 % de la población económicamente activa se mueve en la informalidad y 70 % de los trabajadores sólo recibe de uno a tres salarios mínimos.
Desde la reforma constitucional de 1946, la cual señaló que la democracia mexicana era un régimen político, pero también de bienestar para la mayoría de los ciudadanos, gobiernos van y gobiernos vienen, promesas llegan y promesas se esfuman, y México sigue siendo un país grande con economía gigantesca, pero con resultados sociales que marcan la desigualdad entre los que tienen y a los que le sobran.
Únicamente 20 % de los mexicanos vive muy cómodamente y sin restricciones sociales, cuando la lógica económica señala que todo modelo de desarrollo debe satisfacer el bienestar de 80 % de su población sin dejar sólo 20% en la marginación.
Cualquier discurso público en toda promesa gubernamental no sirve si México mantiene la mayoría de su población al margen del bienestar.