Frente a una plaza abarrotada de fieles de todo el mundo, extasiados tras ver el humo blanco, Robert Francis Prevost Martínez, León XIV, con tono firme y claro, delineó lo que será su papado: una Iglesia abierta a todos, cercana a quienes más sufren, misionera, que camine al lado de los más necesitados, de puentes, paz, diálogo y de anunciar con valentía el Evangelio.
De 69 años, lo que pinta la posibilidad de un largo papado, es el primer sumo pontífice con dos nacionalidades: estadounidense (nació en Chicago, EE. UU.) y peruano. Especialista en matemáticas, filosofía, teología y derecho canónico, es el primer obispo de Roma que sale de la orden Agustina.
Amable, esbelto, al nombrarse León XIV, hace suponer que continuará la labor del papa Francisco, pero con una reforma tranquila, un puente entre la tradición y los muchos desafíos de la modernidad y de las guerras.
Dominador del inglés, español, italiano francés y portugués, sin contar latín y griego, León XIV asumió el papado número 267 con una vestimenta tradicional, algo que Francisco rechazó en su momento.
Sus padres son Louis Marius Prevost, de ascendencia francesa e italiana, y Mildred Martínez, española. / Cultura