En México, operan 49 ingenios azucareros: 18 en Veracruz, 6 en Jalisco, 4 en San Luis Potosí, 3 en Oaxaca y Michoacán, 2 en Nayarit, Tabasco, Chiapas, Morelos y Puebla, uno en Colima, Sinaloa, Tamaulipas, Quintana Roo y en Campeche.
Producen el “dulce veneno” que conocemos como “azúcar”. Su nombre técnico es “sacarosa”. Se extrae de la caña de azúcar y se cultivan, aproximadamente, 500 mil hectáreas, con una producción de la zafra de 2022/2023 de 5.2 millones de toneladas.
El primer problema de estos ingenios viejos y contaminantes son las vinazas (residuos orgánicos de la producción de alcohol etílico), que arrojan a los cuerpos de agua. Estas se generan en la fermentación y destilación de las melazas.
Las melazas resultan de la acción de una bacteria denominada Leuconostoc mesenteroides, que se encuentra en el suelo de cultivo de la caña de azúcar y llega al tanque de jugo mezclado.
La caña es quemada indebidamente (genera emisiones tóxicas: carbono negro y dioxinas y furanos). Además de contaminar los cuerpos de agua con vinazas, los ingenios tienen la mala costumbre de quemar combustóleo (con 45 mil ppm), combinado con el bagazo de la caña para producir su vapor de agua en su proceso de refinación. Estas emisiones tóxicas nos envenenan.
La contaminación de los cuerpos de agua por las vinazas, las quemas indebidas de la caña y del combustóleo con bagazo por los 49 ingenios azucareros hacen que este sector productivo (creador de muchos empleos y riqueza), sea considerado como uno de los que genera más contaminación ambiental en detrimento de la salud de los mexicanos.
Es urgente que Alicia Bárcena, Mariana Boy y Efraín Morales López, titulares de Semarnat, Profepa y Conagua, actúen para empezar a reducirla.
*Carlos Álvarez Flores, presidente de México, Comunicación y Ambiente, A.C. Experto en gestión de residuos y cambio climático www.carlosalvarezflores.com y Twitter @calvarezflores