Como una mano
Desde que a la especie humana le dio por construir, vio la necesidad de utilizar herramientas.
Para ello, lo primero que utilizó fue su propia mano. Con ella, o mejor dicho, con las dos, amarraba y construía estructuras, cargaba piedras y las colocaba para darles forma, rasguñaba la tierra y, por supuesto, escarbaba.
Más tarde, se dio cuenta que podía utilizar las cosas que tenía alrededor, para que esa primera herramienta, fuera más fuerte, más resistente y más efectiva. Así que para escarbar, por ejemplo, comenzó a emplear una vasija hecha con la cubierta de un coco y fabricó una especie de garra con varas, para remover en la tierra. O sea, hizo extensiones de su propia mano.
Luego, las herramientas se fueron complicando y se volvieron máquinas impulsadas con motores, con tubos hidráulicos y con hierro, para construir cosas cada vez más grandes.
Esta excavadora, por ejemplo, usa su pala de cucharón para mover los montones de grava. Igual que lo haces con la mano, pero en gigante.
Es una máquina con una pala hidráulicamente operada. O sea, con la fuerza del agua. Casi siempre utilizan ruedas tipo oruga, para moverse con mayor facilidad en terrenos lodosos.
La usan para escarbar a menos de 10 metros y para cargar tierra en camiones de carga o para hacer excavaciones de canales y tuberías.
Ahora, arma la tuya y "escarba" en tu imaginación, para construir todos los castillos que se te ocurran