Algunos aficionados al futbol soccer que conocen mi gusto y preferencia por el beisbol, me han dicho que al clásico de octubre con el que culmina cada temporada regular de las Grandes Ligas, no se le debiera llamar Serie Mundial porque, “en realidad, no tiene el carácter de competencia internacional”.
De esta manera, colocan al beisbol en el banquillo de los acusados.
Reconozco que los mundiales de futbol son fantásticos y que implican un admirable proceso deportivo y organizativo que apasiona a un mayor número de aficionados de todos los continentes.
Considero, sin embargo, que la acusación particular contra las Grandes Ligas es injusta, pues la llamada “Serie Mundial” reúne a los mejores jugadores de diferentes nacionalidades.
Ahí están como ejemplo histórico, los dos iconos estadounidenses con sangre italiana: Babe Ruth y Joe DiMaggio.
Qué decir de nuestro enorme Fernando “Toro” Valenzuela, el que ante más de 50 mil aficionados venció a los orgullosos y poderosos Yanquis durante la Serie Mundial de 1981.
Algo semejante se puede decir de los dominicanos Juan Marichal y Pedro Martínez; de los cubanos Luis Tiant y Aroldis Chapman; de los venezolanos Miguel Cabrera y Omar Vizquel; de los puertorriqueños Roberto Clemente e Iván Rodríguez; del gran panameño Mariano Rivera; de los japoneses Ichiro Suzuki e Hiroki Kuroda; y del coreano Hyun-jin Ryu.
Dicho lo anterior, termino deseándoles a todos una maravillosa Serie Mundial 2019.