Todas las partes del cuerpo humano son importantes. Por desgracia, hay personas que nacen y viven sin uno de sus órganos, y otras que, por diversas situaciones, pierden alguno, por ejemplo, uno o ambos pechos, debido al cáncer de mama.
Solo quien lo ha vivido podrá decirnos lo que se experimenta en esos casos. Se conjuntan varias emociones: dolor, enojo, tristeza, miedo…
Se pierde el deseo en todas sus expresiones. Sin embargo, no así la esperanza y la fuerza del espíritu.
Si la mujer en cuestión está casada, imaginen que también desaparece el deseo sexual, pues asusta que la pareja pueda verla desnuda. Que vea un cuerpo mutilado, y no dudo que habrá hombres a quienes esto les asusta tanto, que prefieren irse. Pero hay otros, que aman a la pareja, y lo que más les asusta es ver que esa mujer, de la cual siguen enamorados, ha mutilado su deseo de vivir.
Insisto, no logro imaginar lo que es perder una parte del cuerpo, pero sí sé lo que se siente perder el deseo de vivir y también sé que se puede recuperar. Confío ciegamente en el trabajo que logran hacer los buenos psicólogos, que acompañan a la mujer u hombre, quienes cruzan por este difícil trance.