Con llenos en todos los parques arrancó la temporada 2013 de la Liga Mexicana de Beisbol, donde a pesar de las inesperadas derrotas del equipo nacional en el reciente Clásico Mundial, es de afirmarse que se trata de un circuito serio, y que en él se juega una pelota de irrefutable calidad.
Ojalá que los directivos y patrocinadores de todos los equipos tengan la iniciativa y la imaginación necesarias para realizar las promociones, lográndose el éxito que tanto se necesita.
Y si de pronósticos se trata, me atrevo a decir, desde ahora, que los finalistas de la temporada pasada, Águila de Veracruz y Rieleros de Aguascalientes, se mantendrán como equipos muy competitivos, al igual que los cuatro grandes de siempre: Tigres de Quintana Roo, Diablos Rojos del México, Saraperos de Saltillo y Sultanes de Monterrey.
Un debut por demás interesante, es el de Jorge Cantú con los aguerridos felinos, donde comenzó demostrando su poder con el madero, y que se mantiene como material de Grandes Ligas a donde puede regresar muy pronto.
Dudo, en cambio, que suceda lo mismo con Esteban Loaiza, quien por su larga inactividad resulta difícil que recupere la forma y resulte un efectivo refuerzo para el cuerpo de lanzadores de los Diablos Rojos del México.
Como botón de muestra, están las 19 carreras que anotaron los felinos en el juego inaugural en el Foro Sol, mientras que los pingos lograron pisar el pentágono hasta en 9 ocasiones. Por lo mismo, habrá que cuidar a Loaiza.