La trascendental importancia del conocimiento de la historia para la vida de las comunidades y sus habitantes, lo revelan estos dos pensamientos: 1.- Los pueblos que pierden su memoria están condenados a desaparecer y 2.- Las naciones que ignoran su historia corren el peligro de cometer errores del pasado que enturbian su destino.
Estas sabias palabras vienen al caso con motivo del llamado de la historiadora Patricia Galeana, exdirectora del Archivo General de la Nación, para despertar entre los jóvenes el interés por la historia.
Amplia conocedora de nuestro acontecer histórico, desde las más remotas raíces del nacimiento de México, Patricia Galeana, a quien conozco por sus gentilezas cuando fue titular del AGN —llamado la “Memoria de México”—, al realizar investigaciones en la documentación virreinal del siglo XVI, nos hace saber algo preocupante: hace tiempo, el conocimiento de la historia nacional era una de las disciplinas académicas de mayor demanda, y ahora se ha perdido el interés en ella. Esto ha ocurrido desde la prevalencia de las materias técnicas.
Patricia Galeana tiene esta gran preocupación: “Los historiadores no estamos teniendo la suficiente preparación didáctica para comunicar el conocimiento de la historia, para despertar en los jóvenes el gusto por la materia”. Reconoce que otro factor es que “se le ha quitado importancia a la historia y se redujo la enseñanza de esta”.
Las observaciones de la exdirectora del AGN son merecedoras de toda consideración, porque si no hay enseñanza suficiente de nuestra historia, corremos, en efecto, el peligro de perder nuestra identidad nacional, lo que nos condenaría a un proceso de gradual desnacionalización.
Ante un riesgo de esta magnitud, es de esperarse que nuestras autoridades mejoren el aprendizaje la historia, la ética, el civismo y la literatura, desde la enseñanza elemental, hasta la superior. ¡México lo necesita!