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El Nacimiento más grande del mundo
En mayo de 1524 llegaron a territorio mexicano, encabezados por fray Martín de Valencia, los primeros franciscanos. Trajeron consigo un novísimo medio de evangelización, de civilización y de cultura que mucho contribuyó a la formación del México actual: las Posadas y el Nacimiento, tradición que está a 17 años de cumplir el medio milenio de existir en nuestro país, y que ha permeado en todas las capas sociales.
En el antiguo Convento Grande de San Francisco, de la hoy calle de Madero, en la Ciudad de México, tuvieron efecto las primeras Posadas y la puesta del Nacimiento. Gustaron tanto a nuestros sencillos pobladores de entonces, que dichos instrumentos de acercamiento a la fe, se aplicaron en la primera oportunidad –diciembre de 1525-, en gran parte de la Nueva España y, posteriormente, conforme crecía la nueva nación, las Posadas y la Navidad abrían el paso a la civilización, especialmente en el territorio que conformaba la entonces Nación Chichimeca, que de Jalisco, Guanajuato, Michoacán, etc., se extendía hasta zonas que luego pasaron a dominio de los Estados Unidos.
Tienen un especial encanto las Posadas y el Nacimiento como precursores del Niño Jesús en el país. Reparten alegría sana, fomentan la convivencia entre chicos y grandes, llaman a la piedad y fomentan buenos sentimientos.
A casi medio milenio de su presencia en México, el Nacimiento tiene la virtud de permanecer vigente. Por eso han venido a la capital mexicana, artesanos de todos los rumbos de México, especialmente indígenas, para mostrar su genio creativo con motivo de los días navideños. Su presencia dio vida a la "Feria del Nacimiento", en el Museo Nacional de Culturas Populares, efectuado en Coyoacán, con la asistencia de vecinos interesados en formar su Nacimiento en casa.
Como si fuera poco, a nivel de grandes consorcios se anuncia la formación del "Nacimiento más grande del mundo", en una extensión de 18 mil metros cuadrados pertenecientes al estacionamiento del "Coloso de Santa Úrsula", es decir, el Estadio Azteca.
Se aspira a romper una marca Guinness, puesto que se hará la recreación del pueblo a que perteneció el pesebre de Belén. Serán colocadas más figuras, de tamaño natural, robotizadas, para mayor interés de los asistentes. Todo, para fomentar la tradición.
En mercados públicos, tianguis, mercados sobre ruedas, tiendas de autoservicio, etc., hay lo necesario para que en cada hogar sea colocado el Nacimiento, símbolo de paz para los hombres de buena voluntad.
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