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Columnas |
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Recta final
Como no hay plazo que no se cumpla, luego del segundo debate del 10 de junio el proceso electoral entr� en su larga recta final de tres semanas. Si quisiera resumirse en una palabra lo que viene, esta ser�a "incertidumbre".
Son tres las brumas:
1.- Las encuestas. A pesar de experiencias pasadas en las que las encuestas fueron diferentes a los resultados, en este proceso se han convertido en factor de inestabilidad: los candidatos las aceptan cuando les benefician y las desde�an cuando les da�an. Sin embargo, una buena parte del electorado est� decidiendo su voto en funci�n de los sondeos.
2.- Los resultados. D�as antes del segundo debate, el perredista L�pez Obrador prefigur� nuevamente su mecanismo de desobediencia hacia los resultados de las instituciones electorales, y dijo que le creer�a "al pueblo", no al IFE; sin embargo, horas despu�s tuvo que recular y aceptar la autoridad de este organismo. De todos modos, qued� ya la sensaci�n de un conflicto poselectoral del tabasque�o si pierde las elecciones.
3.- El largo plazo. Pocos se han preocupado sobre lo que comenzar� el 2 de julio, aun m�s all� de la aceptaci�n de la derrota o del conflicto poselectoral: �qu� margen de decisi�n tendr� un gobierno que ganar�a con un tercio de los votos y sin mayor�a en el Congreso?, �cu�les son los planes reales de gobierno?, �habr� voluntad para uno de coalici�n entre todas las fuerzas pol�ticas?
En t�rminos de fondo, lo de menos es el 1 de julio. Va a ganar qui�n acumule m�s votos. Pero las campa�as han polarizado al pa�s y no han dejado sensaci�n de acuerdos poselectorales. Y como se ven las cosas, ning�n plan de gobierno sacar� al pa�s de la crisis por s� mismo, pero ninguno de los candidatos tiene una oferta de pacto social para un nuevo ciclo de desarrollo. Peor a�n, las campa�as mostraron a candidatos pensando en Disneylandia, y no en un M�xico polarizado y en crisis de desarrollo.
Desde las elecciones presidenciales de 1988, M�xico ha tenido cuatro administraciones presidenciales sin mayor�as y, por tanto, sin decisiones de fondo, y tambi�n cuatro administraciones sin voluntad negociadora: las dos del PRI se empe�aron en seguir el rumbo neoliberal, y las dos panistas no dise�aron la alternancia de modelo de desarrollo; el resultado: la acumulaci�n de desequilibrios, rezagos y marginados a lo largo de treinta y dos a�os.
Otros seis a�os igual llevar�an al pa�s a seguirse hundiendo en la mediocridad de desarrollo y en el aumento de marginados. Pero parece que eso, precisamente, quieren los candidatos: o ellos o nadie.
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